Después del café, la sopa y los fideos, ha
llegado el vestido instantáneo, que amenaza en convertir nuestros grandes armarios
sin fondo en simples estanterías con botes de spray.
Se acabó eso de ir a las tiendas de ropa
buscando un modelito. Con sólo escoger el bote del color adecuado y rociarlo
por encima del cuerpo, nos ataviaremos para lo ocasión.
Hace veinticuatro años, en el desfile de primavera/verano de 1999
de Alexander McQueen, la modelo Shalom Harlow, con un voluminoso vestido blanco
sin tirantes sujeto por un cinturón de cuero, se subió a una plataforma
giratoria y fue rociada con pintura en spray por unos robots. En tiempo real,
se estaba creando arte y el público tenía un asiento de primera fila.
La
tecnología ha avanzado en los últimos veinte años, pero nadie se ha acercado al
momento icónico creado en ese escenario -ni muchos lo han intentado- hasta
ahora.
En el desfile de primavera/verano 2023 de Coperni, celebrado el pasado
viernes 30 de septiembre, los diseñadores Sébastien Meyer y Arnaud Vaillant
rindieron homenaje a McQueen actualizando el momento para el siglo XXI y
haciéndolo suyo.